Economía Moderna

Tras la independencia, los sucesivos gobiernos de Cabo Verde han obtenido resultados en todos los aspectos dignos de mención, sobre todo teniendo en  cuenta que la población residente casi se ha duplicado, exacerbando las exigencias que históricamente han venido dificultado el equilibrio económico en este país. Cabe destacar el mantenimiento de la paridad del escudo con el Euro, la privatización y la internacionalización exitosas de la banca, el regular funcionamiento de una Bolsa de Valores Mobiliarios, la materialización de grandes proyectos de obras públicas,  sobre todo en el sector aeroportuario y viario, y la modernización de la administración pública como algunos de los puntales que sustentan la positiva evolución de la economía caboverdiana.

Es evidente que no bastaría que la gestión pública de la economía fuese correcta, o incluso excelente, si la sociedad civil no hubiera desarrollado la dinámica que conduce al crecimiento y a la creación de riqueza. La construcción civil, la inmobiliaria turística, la implantación de alguna industria, especialmente de bebidas y confecciones, y sobre todo la industria del transporte y del turismo han sido algunas de las locomotoras que dinamizan la economía del país.

Un tercer elemento determinante en el éxito económico de Cabo Verde hay que achacarlo a las ayudas internacionales, que han sido generosas, pero que tanto el sector público como el privado han justificado e incentivado repetidamente por la buena gestión que de ellas ha hecho.

En el ámbito de esta publicación no cabe, en la que la historia de Cabo Verde se resume como una contribución a la valorización de la memoria como oferta turística del país, desarrollar detalladamente el historial reciente de la economía de Cabo Verde. El hecho de haber conseguido alcanzar la categoría de país de desarrollo medio es suficientemente elocuente.

Tras la independencia, los sucesivos gobiernos de Cabo Verde han obtenido resultados en todos los aspectos dignos de mención, sobre todo teniendo en  cuenta que la población residente casi se ha duplicado, exacerbando las exigencias que históricamente han venido dificultado el equilibrio económico en este país. Cabe destacar el mantenimiento de la paridad del escudo con el Euro, la privatización y la internacionalización exitosas de la banca, el regular funcionamiento de una Bolsa de Valores Mobiliarios, la materialización de grandes proyectos de obras públicas,  sobre todo en el sector aeroportuario y viario, y la modernización de la administración pública como algunos de los puntales que sustentan la positiva evolución de la economía caboverdiana.

Es evidente que no bastaría que la gestión pública de la economía fuese correcta, o incluso excelente, si la sociedad civil no hubiera desarrollado la dinámica que conduce al crecimiento y a la creación de riqueza. La construcción civil, la inmobiliaria turística, la implantación de alguna industria, especialmente de bebidas y confecciones, y sobre todo la industria del transporte y del turismo han sido algunas de las locomotoras que dinamizan la economía del país.

Un tercer elemento determinante en el éxito económico de Cabo Verde hay que achacarlo a las ayudas internacionales, que han sido generosas, pero que tanto el sector público como el privado han justificado e incentivado repetidamente por la buena gestión que de ellas ha hecho.

En el ámbito de esta publicación no cabe, en la que la historia de Cabo Verde se resume como una contribución a la valorización de la memoria como oferta turística del país, desarrollar detalladamente el historial reciente de la economía de Cabo Verde. El hecho de haber conseguido alcanzar la categoría de país de desarrollo medio es suficientemente elocuente.

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