Lenguas y criollidad

  • Lengua Criolla

La criollidad, un concepto nuevo generado en Cabo Verde y exportado de allí a Brasil y al Caribe, fue inducida por dos fuerzas culturales que emergieron de las condiciones en las que este país fue poblado y desarrolló una idiosincrasia propia: el mestizaje y una lengua nueva y común a todos los caboverdianos, el criollo.

El criollo se genera a partir de los primeros años de doblamiento, a finales del siglo XV, por la necesidad inaplazable de entendimiento entre los esclavos, que procedían de numerosas tribus de Guinea, y con los pobladores europeos, llegados sobre todo de Portugal. Naturalmente, el “reinol” (lengua del reino – el portugués), fue la materia prima de la creación de este lenguaje sorprendentemente sencillo y claro, teniendo como base el propio día a día de los contactos entre todos los participantes en el proceso, que se inició con un clásico pidgin de entendimiento comercial, evolucionando hacia un lenguaje capaz de expresar con riqueza ideas y sentimientos susceptibles de generar manifestaciones lingüísticas muy ricas como, por ejemplo, la de las mornas.

El criollo es lo que se denomina técnicamente una lengua neolatina, y entronca de pleno derecho con el portugués, tanto que recientemente existe un interés en estudiar para detectar en él la presencia de residuos del propio portugués arcaico.

Contrariamente a la voluntad de fijar un criollo determinado como lengua oficial, en la enseñanza se constata un fenómeno de “tierra de nadie”, que lleva a una cantidad considerable de alumnos a una situación crítica de no aprender portugués, que aún así no dejó de ser la lengua oficial en Cabo Verde, por un lado, y de no expresarse por escrito en criollo. Una situación que requiere una atención especial y urgente, ya que implica el riesgo de dejar a una generación privada del acceso a la cultura, cuando lo que se necesita es aplicar la norma reflejada en la propia Constitución de Cabo Verde, es decir, crear las condiciones para que el criollo se convierta también en lengua oficial del país, junto al portugués.

La criollidad, un concepto nuevo generado en Cabo Verde y exportado de allí a Brasil y al Caribe, fue inducida por dos fuerzas culturales que emergieron de las condiciones en las que este país fue poblado y desarrolló una idiosincrasia propia: el mestizaje y una lengua nueva y común a todos los caboverdianos, el criollo.

El criollo se genera a partir de los primeros años de doblamiento, a finales del siglo XV, por la necesidad inaplazable de entendimiento entre los esclavos, que procedían de numerosas tribus de Guinea, y con los pobladores europeos, llegados sobre todo de Portugal. Naturalmente, el “reinol” (lengua del reino – el portugués), fue la materia prima de la creación de este lenguaje sorprendentemente sencillo y claro, teniendo como base el propio día a día de los contactos entre todos los participantes en el proceso, que se inició con un clásico pidgin de entendimiento comercial, evolucionando hacia un lenguaje capaz de expresar con riqueza ideas y sentimientos susceptibles de generar manifestaciones lingüísticas muy ricas como, por ejemplo, la de las mornas.

El criollo es lo que se denomina técnicamente una lengua neolatina, y entronca de pleno derecho con el portugués, tanto que recientemente existe un interés en estudiar para detectar en él la presencia de residuos del propio portugués arcaico.

Contrariamente a la voluntad de fijar un criollo determinado como lengua oficial, en la enseñanza se constata un fenómeno de “tierra de nadie”, que lleva a una cantidad considerable de alumnos a una situación crítica de no aprender portugués, que aún así no dejó de ser la lengua oficial en Cabo Verde, por un lado, y de no expresarse por escrito en criollo. Una situación que requiere una atención especial y urgente, ya que implica el riesgo de dejar a una generación privada del acceso a la cultura, cuando lo que se necesita es aplicar la norma reflejada en la propia Constitución de Cabo Verde, es decir, crear las condiciones para que el criollo se convierta también en lengua oficial del país, junto al portugués.

Autoria/Fonte

Armando Ferreira

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