Filarmónicas, orquestas y grupos corales

  • Música

Menos frecuentes y populares, aún persisten algunas filarmónicas en diversas islas de Cabo Verde. En la época colonial, tenían un encuentro marcado en las plazas de las localidades más importantes, donde aún persisten los tradicionales coros pequeños, generalmente los jueves y los domingos, empezando con los primeros acordes del himno portugués, para continuar con los géneros más populares y animados como coladeiras, cumbias, merengues... sin prejuicio de una que otra morna, mientras el pueblo, engalanado, rodeaba en amplia confraternización, hasta tarde, el largo paseo de la plaza.

En festivos y fechas oficiales, cabía y cabe aún a las filarmónicas tocar himnos y toques militares, así como dar conciertos en los tablados.

En cuanto a las orquestas clásicas, Cabo Verde no tiene esa tradición, pero se dan conciertos de orquestas, generalmente procedentes de Portugal, que tocan no solamente música erudita sino también orquestaciones trabajadas en base a la música tradicional caboverdiana, teniendo una acogida entusiasta, como fue el caso de diversos conciertos de Tito Paris, que se hizo acompañar por la Orquesta Metropolitana de Lisboa, lo que, asociado a los nuevos programas de enseñanza musical del Ministerio de Educación, inicia una nueva e interesante etapa en la evolución de la música en el país.

Los grupos corales generalmente están relacionados con las iglesias, que desarrollan una actividad musical destacable y constante en torno a sus cultos.

Recientemente, Eutrópio Lima da Cruz reconstituyó en Playa un coral polifónico que ya actuaba décadas antes, y que puede ser un testimonio y locomotora para estimular otros, en un país en que la música se puede considerar como la industria más natural y emergente, junto al turismo.

Menos frecuentes y populares, aún persisten algunas filarmónicas en diversas islas de Cabo Verde. En la época colonial, tenían un encuentro marcado en las plazas de las localidades más importantes, donde aún persisten los tradicionales coros pequeños, generalmente los jueves y los domingos, empezando con los primeros acordes del himno portugués, para continuar con los géneros más populares y animados como coladeiras, cumbias, merengues... sin prejuicio de una que otra morna, mientras el pueblo, engalanado, rodeaba en amplia confraternización, hasta tarde, el largo paseo de la plaza.

En festivos y fechas oficiales, cabía y cabe aún a las filarmónicas tocar himnos y toques militares, así como dar conciertos en los tablados.

En cuanto a las orquestas clásicas, Cabo Verde no tiene esa tradición, pero se dan conciertos de orquestas, generalmente procedentes de Portugal, que tocan no solamente música erudita sino también orquestaciones trabajadas en base a la música tradicional caboverdiana, teniendo una acogida entusiasta, como fue el caso de diversos conciertos de Tito Paris, que se hizo acompañar por la Orquesta Metropolitana de Lisboa, lo que, asociado a los nuevos programas de enseñanza musical del Ministerio de Educación, inicia una nueva e interesante etapa en la evolución de la música en el país.

Los grupos corales generalmente están relacionados con las iglesias, que desarrollan una actividad musical destacable y constante en torno a sus cultos.

Recientemente, Eutrópio Lima da Cruz reconstituyó en Playa un coral polifónico que ya actuaba décadas antes, y que puede ser un testimonio y locomotora para estimular otros, en un país en que la música se puede considerar como la industria más natural y emergente, junto al turismo.

Autoria/Fonte

Armanda Ferreira

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