Artesanía de Boa Vista

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La artesanía ha dejado una fuerte huella en las islas de Cabo Verde, tanto en forma de  utensilios como de objetos ornamentales, siempre con un sentido cultural peculiar. Según esta óptica, no hay en Cabo Verde objetos de arte para observar y objetos vulgares para usar; la artesanía es, principalmente, una verdadera expresión cultural. Todo ello gracias a sus artífices, principalmente los esclavos. Veamos el caso de una isla: Boa Vista.

La artesanía de Boa Vista se desarrolló de varias formas. Una de ellas es el telar. Probablemente heredado de los musulmanes, este tipo de artesanía entró en Boa Vista desde  Santiago por medio de los esclavos que habían sido introducidos para el cuidado y pastoreo del ganado caprino. En el siglo XVI serían enviados desde Santiago a Boa Vista algunos esclavos-tejedores, junto con los esclavos pastores. El cultivo y la comercialización de algodón y del añil (de la orcina) en Boa Vista facilitaron el desarrollo del telar, cuyas telas eran utilizadas como vestimenta, además de servir como moneda de cambio en el comercio de esclavos en la costa occidental de África. En Boa Vista las telas para vestir se diferenciaban de las destinadas al rescate de esclavos; mientras las primeras se fabricaban con bandas de algodón de un palmo de anchura, las segundas tenían seis bandas de 10 palmos de largo.

En general, las telas se clasificaban en telas gruesas, telas de tejido finos y telas ricas.

Resaltamos que en Boa Vista el telar no se limitó a la fabricación de telas: se fabricaban mantas, colchas y chales, clasificados como tejidos de bandas anchas.

El telar de Boa Vista fue exhibido en la Exposición de Londres de 1862 con dos muestras de telas cedidas por Doña Thereza Montel, tejidos con hilos de colores, a la moda del país, de un gusto y excelencia admirables.

La cerámica es otro tipo de artesanía que dejó huella en la isla de Boa Vista. No podemos hablar de los períodos áureos de la isla sin mencionar la cerámica.
La cerámica es una las actividades más antiguas de la humanidad. Otro tipo de artesanía probablemente heredado de los musulmanes, la cerámica o la alfarería, llegó a Boa Vista por la misma vía que el telar: esclavos pastores llegados desde Santiago en el siglo XVI. La existencia de cantidades inagotables de arcilla en Boa Vista, particularmente en la  localidad de Rabil, facilitó la introducción y el desarrollo de la alfarería en la isla. Además de servir como materia prima de la cerámica, a la arcilla de Boa Vista se le atribuye un alto valor medicinal, motivo de su alta demanda.

La cerámica caboverdiana ha experimentado a lo largo de los tiempos importantes impulsos que en muchas ocasiones han pasado desapercibidos. Ha conquistado su posición contribuyendo de esta forma al enriquecimiento de la cultura criolla. Actualmente representa una de las manifestaciones culturales más genuinas.

Otros tipos de artesanía de Boa Vista que merecen reconocimiento son el curtido de piel, la cordonería, el bordado e incluso la confección de objetos con caparazón de tortuga, arcilla, cuernos de buey, corteza de coco y otras materias primas. Destacan también en Boa Vista los tradicionales sombreros de paja, serones, cestos de Ervatão y monturas, entre otros.

Éstas son muestras de los diferentes tipos de artesanía y sus respectivas  técnicas creadas en las poblaciones del interior de la isla de Boa Vista. Muchos de sus usos han subsistido en el archipiélago caboverdiano debido, principalmente, al afán de conservación de los medios rurales, unida al aislamiento insular y al desprecio sufrido antiguamente contra determinados estratos sociales y sus costumbres.


La economía rural, basada en la cría de ganado, marcó en gran medida a la isla de Boa Vista en el pasado. Su artesanía refleja ese pasado que proporcionó a la Isla de Boa Vista una relevante importancia en el contexto del Cabo Verde del siglo XVII al siglo XIX.

La artesanía ha dejado una fuerte huella en las islas de Cabo Verde, tanto en forma de  utensilios como de objetos ornamentales, siempre con un sentido cultural peculiar. Según esta óptica, no hay en Cabo Verde objetos de arte para observar y objetos vulgares para usar; la artesanía es, principalmente, una verdadera expresión cultural. Todo ello gracias a sus artífices, principalmente los esclavos. Veamos el caso de una isla: Boa Vista.

La artesanía de Boa Vista se desarrolló de varias formas. Una de ellas es el telar. Probablemente heredado de los musulmanes, este tipo de artesanía entró en Boa Vista desde  Santiago por medio de los esclavos que habían sido introducidos para el cuidado y pastoreo del ganado caprino. En el siglo XVI serían enviados desde Santiago a Boa Vista algunos esclavos-tejedores, junto con los esclavos pastores. El cultivo y la comercialización de algodón y del añil (de la orcina) en Boa Vista facilitaron el desarrollo del telar, cuyas telas eran utilizadas como vestimenta, además de servir como moneda de cambio en el comercio de esclavos en la costa occidental de África. En Boa Vista las telas para vestir se diferenciaban de las destinadas al rescate de esclavos; mientras las primeras se fabricaban con bandas de algodón de un palmo de anchura, las segundas tenían seis bandas de 10 palmos de largo.

En general, las telas se clasificaban en telas gruesas, telas de tejido finos y telas ricas.

Resaltamos que en Boa Vista el telar no se limitó a la fabricación de telas: se fabricaban mantas, colchas y chales, clasificados como tejidos de bandas anchas.

El telar de Boa Vista fue exhibido en la Exposición de Londres de 1862 con dos muestras de telas cedidas por Doña Thereza Montel, tejidos con hilos de colores, a la moda del país, de un gusto y excelencia admirables.

La cerámica es otro tipo de artesanía que dejó huella en la isla de Boa Vista. No podemos hablar de los períodos áureos de la isla sin mencionar la cerámica.
La cerámica es una las actividades más antiguas de la humanidad. Otro tipo de artesanía probablemente heredado de los musulmanes, la cerámica o la alfarería, llegó a Boa Vista por la misma vía que el telar: esclavos pastores llegados desde Santiago en el siglo XVI. La existencia de cantidades inagotables de arcilla en Boa Vista, particularmente en la  localidad de Rabil, facilitó la introducción y el desarrollo de la alfarería en la isla. Además de servir como materia prima de la cerámica, a la arcilla de Boa Vista se le atribuye un alto valor medicinal, motivo de su alta demanda.

La cerámica caboverdiana ha experimentado a lo largo de los tiempos importantes impulsos que en muchas ocasiones han pasado desapercibidos. Ha conquistado su posición contribuyendo de esta forma al enriquecimiento de la cultura criolla. Actualmente representa una de las manifestaciones culturales más genuinas.

Otros tipos de artesanía de Boa Vista que merecen reconocimiento son el curtido de piel, la cordonería, el bordado e incluso la confección de objetos con caparazón de tortuga, arcilla, cuernos de buey, corteza de coco y otras materias primas. Destacan también en Boa Vista los tradicionales sombreros de paja, serones, cestos de Ervatão y monturas, entre otros.

Éstas son muestras de los diferentes tipos de artesanía y sus respectivas  técnicas creadas en las poblaciones del interior de la isla de Boa Vista. Muchos de sus usos han subsistido en el archipiélago caboverdiano debido, principalmente, al afán de conservación de los medios rurales, unida al aislamiento insular y al desprecio sufrido antiguamente contra determinados estratos sociales y sus costumbres.


La economía rural, basada en la cría de ganado, marcó en gran medida a la isla de Boa Vista en el pasado. Su artesanía refleja ese pasado que proporcionó a la Isla de Boa Vista una relevante importancia en el contexto del Cabo Verde del siglo XVII al siglo XIX.

Autoria/Fonte

Armando Ferreira

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