Moradores-armadores

  • Economía

Esta clase empresarial de armadores, que pasó a la Historia con el nombre de moradores-armadores, y poco a poco engrosada por marineros, residentes, oficiales reales, esclavos “forros”, rentistas, mujeres viudas y solteras con herencias y “lançados” o tangomãos (negociante de esclavos) emprendedores, compondrían la primera burguesía caboverdiana, que dominaba igualmente los negocios de la agricultura (maíz, procedente de África y América, verduras y caña, originarios de Europa y de las islas atlánticas, coco, procedente de India, arroz de secano, frutas y algodón), industria y comercio en tierra, dada la interconexión de todos ellos con la actividad de transacción de esclavos, además del negocio regional de cabotaje de los ríos de Guinea, donde compraban pañería y ropa fabricada en Casamansa, S. Domingues y Gâmbia para vender en los ríos del Sur, mientras que desde allí traían panes de tinta (río Nuno) y castaña de cola (Sierra Leona) para vender en el Norte. Es esta la burguesía, forjada en el comercio de Guinea, la que ocuparía rápidamente el poder efectivo en Santiago a través de las Cámaras.

Hay que precisar que el negocio de la esclavitud desarrollado en los siglos XV a XVII en Ribeira Grande, estaba esencialmente dirigido a los mercados externos, primero a Portugal y España, después a Brasil y el Caribe, y a las restantes Indias castellanas, y que la ciudad era sobre todo un “almacén” de paso para ese comercio. Para tener una idea de la rápida inserción de esclavos, entretanto liberados, y sus descendientes en la economía activa, incluso como empresarios y funcionarios, en Cabo Verde. Si al principio existió un cierto porcentaje de esclavos que se fijó en Cabo Verde para su poblamiento y para realizar los trabajos agrícolas, industriales y mercantiles, rápidamente el establecimiento de otros se convirtió en marginal, e incluso esporádica, y los que se establecieron se fueron integrando de forma acelerada, en una sociedad nueva, con características propias, creando junto con los europeos, una lengua y cultura comunes, incluso en instituciones que enseguida intentaron la creación de una sociedad de perfiles democráticos, favorecida por una experiencia original, el mestizaje.

Esta clase empresarial de armadores, que pasó a la Historia con el nombre de moradores-armadores, y poco a poco engrosada por marineros, residentes, oficiales reales, esclavos “forros”, rentistas, mujeres viudas y solteras con herencias y “lançados” o tangomãos (negociante de esclavos) emprendedores, compondrían la primera burguesía caboverdiana, que dominaba igualmente los negocios de la agricultura (maíz, procedente de África y América, verduras y caña, originarios de Europa y de las islas atlánticas, coco, procedente de India, arroz de secano, frutas y algodón), industria y comercio en tierra, dada la interconexión de todos ellos con la actividad de transacción de esclavos, además del negocio regional de cabotaje de los ríos de Guinea, donde compraban pañería y ropa fabricada en Casamansa, S. Domingues y Gâmbia para vender en los ríos del Sur, mientras que desde allí traían panes de tinta (río Nuno) y castaña de cola (Sierra Leona) para vender en el Norte. Es esta la burguesía, forjada en el comercio de Guinea, la que ocuparía rápidamente el poder efectivo en Santiago a través de las Cámaras.

Hay que precisar que el negocio de la esclavitud desarrollado en los siglos XV a XVII en Ribeira Grande, estaba esencialmente dirigido a los mercados externos, primero a Portugal y España, después a Brasil y el Caribe, y a las restantes Indias castellanas, y que la ciudad era sobre todo un “almacén” de paso para ese comercio. Para tener una idea de la rápida inserción de esclavos, entretanto liberados, y sus descendientes en la economía activa, incluso como empresarios y funcionarios, en Cabo Verde. Si al principio existió un cierto porcentaje de esclavos que se fijó en Cabo Verde para su poblamiento y para realizar los trabajos agrícolas, industriales y mercantiles, rápidamente el establecimiento de otros se convirtió en marginal, e incluso esporádica, y los que se establecieron se fueron integrando de forma acelerada, en una sociedad nueva, con características propias, creando junto con los europeos, una lengua y cultura comunes, incluso en instituciones que enseguida intentaron la creación de una sociedad de perfiles democráticos, favorecida por una experiencia original, el mestizaje.

Autoria/Fonte

Armando Ferreira

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